Gran Torino (Crítica)
«¿Nunca os habéis cruzado con alguien a quien no deberíais haber puteado?»
«Ese soy yo».
Walt Kowalski (Clint Eastwood)
Gran Torino Película Crítica
Gran Torino, para mí, es la obra cumbre de Clint Eastwood.
Aquí se demuestra su veteranía como actor-director y como, sin contar con un gran reparto de estrellas, puedes llevar a lo más alto una película.
El argumento es sencillo y no por eso quiere decir que sea malo, todo lo contrario, es de la mejor manera que funciona la película.
Lo que quiere transmitirnos Clint, está completamente integrado y distribuido a lo largo de la historia y no busca nada más, a parte de un buen entretenimiento para el espectador y no despegarnos de la pantalla dentro del drama.
Es por eso, que contiene algunas escenas típicas de las suyas, que, aunque a muchos le parezcan tópicos, a los fans como yo nos encantan.
A Walt Kowalski no le importa mostrar su racismo o ignorancia.
Él sabe lo que hace y porque lo hace.
Lo mejor, es que enseguida enfatizas con su personaje, no te importa que sea de esa manera porque en el fondo sabes que es una buena persona.
En cuanto a los diálogos, creo que es el punto de referencia de la película.
La verdad, que tiene escenas muy graciosas como la del peluquero, la del desván o muchas más donde me recordó en alguna de ellas a «El Sargento de Hierro».
Realmente, todo ese carácter autoritario delante de los humildes «amarillos», es todo una fachada y poco a poco, a lo largo de la película, se nota como su personaje se va construyendo, va cogiéndoles cariño hasta que al final pasa de ser ingrato y poco receptivo a comportarse de un modo afable con ellos.
Incluso, llega sentir aflicción y rabia por Thao cuando le pegan y por su hermana cuando la violan.
Es ahí, cuando reacciona por ellos y aparece una de las escenas más sobrecogedoras y más destacadas de la película.
Estoy hablando, del momento que Kowalski delante de Thao le cuenta toda la verdad de su pasado, lo que piensa y lo que intenta hacer.
«Cállate de una puta vez. ¿Quieres saber que se siente al matar un hombre? Pues algo horrible, maldita sea. Lo único peor es que te den una medalla de valor por matar a un pobre crío que lo único que quería era rendirse. Sí, un amarillo joven y asustado como tú. Le disparé en toda la cara con esa arma que tenías en las manos hace un segundo. No hay un solo día que no lo recuerde y no querrás vivir con eso. Yo ya me he manchado las manos de sangre, las tengo sucias, por eso voy a ir solo esta noche».
Ese momento de la película es crucial, demoledor, increíble y sobrecogedor.
Es aterrador pensar, la carga interior que lleva Kowalski, la cual se la llevará consigo mismo a la tumba y nadie mejor que Clint Eastwood para intensificar e interpretar ese papel.
El personaje de Walt Kowalski es una de las mejores interpretaciones que he visto.
Un hombre de avanzada edad que ha vivido un tormento a lo largo de su vida, que la mujer a la que amaba ha fallecido y que interiormente esta destrozado aunque no lo demuestre.
¿Qué simboliza el Gran Torino?
Walt se pasa los días cuidando de lo que para él es lo más fastuoso, es decir su Ford Gran Torino 1972, y eso le hace sentir plenamente gozoso.
El Torino es esa máquina que tanto aprecia, es como un nexo de unión entre dos mundos distintos, dos culturas tan diferentes, el futuro y el pasado.
Por las tardes, se sienta delante de su casa viendo y saboreando la vida, cada instante, cada momento e intentando olvidar las atrocidades que marcaron su juventud.
Sin duda, viendo la película empatizas con él adentrándote en su ser y eso me gusta mucho porque no lo consiguen todos los actores.
Por último, la banda sonora es buenísima, con ese toque de Eastwood que las hace tan especiales y con ese final en los créditos utilizando su voz para rematar la actuación.
Conclusión y nota
Aunque mucha gente discrepa de la película por su lenguaje, en mi caso, el esfuerzo de Clint Eastwod de seguir dirigiendo y actuando con la edad que tiene me merece todo el respeto del mundo.
Con ese espíritu de transmitirnos en cada película lo que él quiere que interioricemos, con su humor, con sus ansias de seguir en el cine sin rendirse, con esa vitalidad y sin bajar el listón, hace que aún lo admire más.
Por lo que la película se lleva un 10 de 10, una obra maestra del cine que nunca me canso de verla.
La película se hizo con un paupérrimo presupuesto de 33 millones de dólares (muy poco para una producción así) y acabo recaudando casi 300.
Os dejo con una de las mejores escenas de Gran Torino, la de ¿Qué tramáis morenos?
Por cierto, el chico blanco que sale en la escena es el hijo de Clint Eastwood, Scott Eastwood.
Que hizo un breve papel en la película.
¿Qué os pareció Gran Torino? ¿Cuál pensáis que ha sido la mejor escena?
En los comentarios de abajo puedes dejarnos tus impresiones.