Esta entrada de hoy sirve un poco como crítica hacia Disney y también se hace un repaso a su recorrido en los últimos años.
Se ha convertido en uno de los principales productores de películas a base de talonario, comprando varias franquicias las cuales no le han ido nada mal.
De Mickey Mouse a Indiana Jones
Cuando Walt Disney murió el 15 de diciembre de 1966 ya había construido una gran empresa de entretenimiento para niños, le hecho era la mejor de aquella época, pero seguro que nunca pensó que se convertiría en lo que es a día de hoy.
A día de hoy mucha gente le sigue viniendo a la cabeza el castillo de Disney en las introducciones de sus películas, el símbolo de Mickey Mouse o Simba siendo levantado por un mono en el Rey León.
Pero lo cierto es que la metamorfosis de la compañía lleva gestándose desde hace muchos años.
Ya no son solo los dibujos de animación o sus películas, es todo el merchandising que logra de él, juguetes, peluches, parques de atracciones, libros, comics, videojuegos, series, disfraces y un largo etcétera de productos vendidos por la compañía de Pluto y una de las más valiosas del mundo.
Este modelo lo lleva aplicando desde hace unos 30 años con unos resultados espectaculares pero sin duda donde ha entrado fuerte es en dos sectores, una es en la animación 3D (Pixar) y otra con la compra de franquicias (Marvel y Lucas Arts).
La compra de Pixar
Cuando Disney compró Pixar muchos lo vieron como un movimiento muy arriesgado porque Steve Jobs no iba a poner barato el deshacerse de la compañía que lo había vuelto a encumbrar después de que lo echarán de Apple, pero ellos sabían muy bien lo que hacían, los dibujos clásicos ya no interesaban como antes y en aquel momento (1995) el auge se centraría en las películas por animación 3D después del éxito de Toy Story.
Pixar tenía la mejor tecnología y sobretodo el mejor capital humano con grandes diseñadores gráficos y guionistas.
Además eran los pioneros en ello y aún tardarían años hasta que otros estudios pudieran imitarles dejándoles un monopolio que duró bastantes años hasta que otras empresas empezaron a lanzar sus propias películas por animación.
Toy Story, Monstruos S.A. o Buscando a Nemo fueron los primeros grandes éxitos de la compañía que se rentabilizaba por sí sola no solo con sus películas sino con todo lo que le rodeaba.
Incluso han conseguido nominaciones a los Oscar como es el caso de Up, algo impensable hace una década.
La compra de Marvel y Lucas Arts
Para muchos es difícil de imaginar que estas franquicias hayan acabado en manos de Disney ya que se salen totalmente de su nicho de mercado.
Pero en realidad ha sido una jugada muy astuta por varias razones, una porque las nuevas franquicias que ha querido lanzar Disney han sido un completo fracaso por mucho que hayan metido a George Cloney (Tomorrowland: el mundo del mañana) o Rango, películas que seguro que ni te suenan y de las cuales existen varias igual que no llegaron a buen puerto.
Las únicas que han tenido éxito son las nuevas sagas de Pixar que sigue funcionando como un estudio independiente (menos mal).
Pero no todo tenía que ser malo (en parte) la compra de Disney ha permitido revitalizar la sagas de los superhéroes (casi van a película por mes) y también la de Star Wars.
Personalmente las películas que ha sacado Disney sobre Marvel me parecen muy malas, pocas se salvan y solo sirven para hacer caja.
Apenas se profundiza en los personajes como se hacía antes y solo se basan en efectos especiales y escenas de acción cuando hay personajes con mucho trasfondo.
Sobre las nuevas películas de Star Wars o Indiana Jones no puedo negar que han contratado a buenos guionistas y actores pero no conservan la frescura de antaño, el cambio de época no les sienta tan bien.
Pero bueno Disney puede hacer lo que quiera con sus franquicias y es evidente que ha sacarles rendimientos económicos después de sus compras pero creo que se están excediendo, ya que es demasiado material en muy poco tiempo.
Por ello el fracaso en Han Solo: Una historia de Star Wars quizás la gente ya se esté cansando de ver siempre lo mismo y que además no tienen la calidad que deberían tener, son solo puro entretenimiento, que está bien para algunas películas pero no para clásicos consagrados del cine.
La jugada maestra de Disney
A tenor de los resultados económicos, no podría irle mejor a Disney, puede ser que incluso siga comprando franquicias (quien sabe si se las quedará todas).
La estrategia de sagas consagradas con miles de personajes funciona, es sencillo cuando no solo vives del cine sino de todo lo que te pueden dar esos personajes.
Lo mejor de todo es que son atemporales, todo el mundo los conoce, da igual que tengas 10, 30, 60 o 80 años, sabes quién es Simba, Luke Skywalker o Indiana Jones.
Por lo que cualquier persona de cualquier edad puede comprar alguno de los productos, puedes comprarle la película de Aladín a tu hijo, al mismo tiempo que te compras un comic de Iron Man para ti y le regalas a tu padre la nave del Halcón Milenario.
Y las generaciones futuras seguirán sabiendo quienes son todos estos personajes incluso aunque no saques películas nuevas porque se han convertido en iconos de la cultura general que cualquiera puede identificar.
¿Y tú que piensas? ¿Crees que Disney está abusando con tanto remake?
¿Deberían sacar sagas nuevas?
Déjanos tu opinión.