El diablo sobre ruedas (Crítica)
No puedes cogerme en las cuestas del puerto, ¡No puedes cogerme!
David Mann (Dennis Weaver)
El diablo sobre ruedas, es una película tratada con mucho ingenio y audacia.
La demostración, de que con poco presupuesto, la audacia de alguien como Steven Spielberg director, se puede hacer un film entretenido y que enganche de principio a fin.
El diablo sobre ruedas Argumento
La película empieza muy bien, con una entrevista en la radio sobre un hombre que se siente inferior al no ser el cabeza de familia.
Es una conversación insustancial, pero que engancha por la integridad del entrevistado y la calidez de la entrevistadora.
Desde ese momento, empieza un duelo entre el conductor del coche, David Mann, y el de un camión cisterna que tiene delante de él.
Y este no se deja adelantar.
Desde ese momento la psicosis se apodera de David cada vez que ve el camión.
Primero en el bar cuando no sabe quién de todos los conductores es el del camión y se come la cabeza tratando de averiguarlo, tanto que tiene una disputa con el camionero que no es.
Luego viene la escena del autobús escolar, donde David parece un psicópata y es el camión el que ayuda a los niños a seguir.
Pero a partir de ahí la cosa se vuelve más violenta, primero intenta empujarle al tren, luego intenta atropellarle cuando va a llamar a la policía y finalmente cuando habla con una pareja de ancianos este vuelve para atrás.
Aquí vemos como la melodía cambia a una versión parecida a la película “Psicosis” de Hitchcock.
Empieza un duelo donde David debe tratar de adelantar al camión y este trata de hacer lo mismo constantemente.
¿Quién conduce el camión de el diablo sobre ruedas?
La realidad es que nadie, ahí reside el misterio y el encanto del film, que en ningún momento averiguamos quién es el conductor del camión.
Ni siquiera en el final cuando este fallece.
Aunque sí que puedo deciros el nombre del actor que lo conducía.
Se llamaba Carey Loftin y era un actor especializado en escenas de riesgo.
Falleció en 1997 a los 83 años de edad.
Nota final
La película fue rodada para la televisión y no para el cine.
Rara vez (por no decir la primera) hacemos una crítica a una película hecha para la TV, aunque si bien es cierto luego se alargó y se estrenó para la gran pantalla.
Reto a la muerte es especial no solo porque fue la primera película de Steven Spielberg, sino también porque aporto novedades a la industria cinematográfica.
Los planos de cámara de los vehículos son geniales, dando la sensación siempre de que el poderoso es el del camión.
Además de los planos en primera persona de David, donde vemos el terror en su rostro, así como el visionado a través del retrovisor.
La música encaja perfectamente en cada escena y solo aparece cuando tiene que hacerlo.
Y la imaginación sobre “lo que pasará” está siempre presente, preguntándonos ¿Quién es? ¿Y por qué lo hace?
Si fuese una película más nueva (se ha hecho remake sobre ella) no le daría tanta nota.
Pero consideramos que “El diablo sobre ruedas” fue precursora de la carrera de Spielberg y que le ayudó mucho a hacer películas como la de “Tiburón”.
Es por ello que le damos un 10 de 10.
La demostración de que con poco presupuesto y muchas ideas se pueden hacer buenas películas.
Por cierto si os lo preguntáis el coche rojo que conduce el prota es un “Plymouth Valiant” y el camión es un “Peterbilt 281”.
El diablo sobre ruedas canción
La escueta pero necesaria Banda sonora fue compuesta por Billy Goldenberg.
En realidad os dejaría con un fragmento de la canción, pero al ser tan antigua os puedo dejar con la película completa por si os interesa verla:
Y vosotros, ¿Quién pensáis que puede ser el conductor? ¿Estaba en la cafetería del bar?
Por desgracia, ¿Os habéis encontrado alguna vez con un conductor así?
En los comentarios podéis dejarnos vuestras opiniones.
